domingo, 15 de abril de 2007

Viejas Esperanzas

Nunca quise, en todos estos años
sentirme como me siento hoy
y que el amor arrojado a este lugar
se haya resquebrajado...
no parece ser casualidad

y es que es dificil acostumbrarme a la soledad de mis dias...
y es dificil recordar tus palabras si vos ya no estas pero es que no hay forma...

...no hay forma de volver atras
y observar la inmadurez del rio.
(ese rio que -vos lo sabes bien-
nunca llegará a ser mar)

Y lo que ayer fue todo para nosotros,
las islas más verdes...
hoy son solo un recuerdo que socavará
en lo profundo de mi alma....

y aunque estés cerca solo es necesidad
de pena y distancia...
todos los calores;
las noches de verano
quedarán guardadas.

3 comentarios:

Lady Mejoralito dijo...

presiento, que va a ser un invierno muy largo.
ya se me empañan los ojos.

Lady Mejoralito dijo...

En el circo se estaba perfectamente, una estafa de lentejuelas y música rabiosa, un gato calculista que reaccionaba a la previa y secreta pulverización con valeriana de ciertos números de cartón, mientras señoras conmovidas mostraban a su prole tan elocuente ejemplo de evolución darwiniana. Cuando Oliveira, la primera noche, se asomó a la pista aún vacía y miró hacia arriba, al orificio en lo más alto de la carpa roja, ese escape hacia un quizá contacto, ese centro, ese ojo como un puente del suelo al espacio liberado, dejó de reírse y pensó que a lo mejor otro hubiera ascendido con toda naturalidad por el mástil más próximo al ojo de arriba, y que ese otro no era él que se quedaba abajo fumando en plena gritería del circo.

Lady Mejoralito dijo...

Encendiendo un Gauloise con el pucho del otro, miró otra vez el cajón, sacó la novela, pensando vagamente en la lástima, ese tema de tesis. La lástima de sí mismo: eso estaba mejor. "Nunca me propuse la felicidad", pensó hojeando vagamente la novela. "No es una excusa ni una justificación. Nous ne sommes pas au monde. Donc, ergo, dunque... ¿ Por qué le voy a tener lástima? ¿ Por qué encuentro una carta a su hijo que en realidad es una carta para mí? Yo, autor de las cartas completas a Rocamadour. Ninguna razón para la lástima. Allí donde esté tiene el pelo ardiendo como una torre y me quema desde lejos, me hace pedazos nada más que con su ausencia. Y patatí y patatá. Se va a arreglar perfectamente sin mí y sin Rocamadour. Una mosca azul, preciosa, volando al sol, golpeándose alguna vez contra un vidrio, zas, le sangra la nariz, una tragedia. Dos minutos después tan contenta, comprándose una figurita en una papelería y corriendo a meterla en un sobre y mandársela a una de sus vagas amigas con nombres nórdicos, desparramadas en los países más increíbles. ¿ Cómo le podés tener lástima a una gata, a una leona? Máquinas de vivir, perfectos relámpagos. Mi única culpa es no haber sido lo bastante combustible para que a ella se le calentaran a gusto las manos y los pies. Me eligió como una zarza ardiente, y he aquí que le resultó un jarrito de agua en el pescuezo. Pobrecita, carajo".